Ambientación
He aquí una serie de consejos útiles para la sala de masajes:
- Es fundamental crear un entorno confortable, para ello nada mejor que pintar la sala con colores suaves (pasteles).
- Se debe disponer de calefacción para el invierno, ya que la temperatura debe oscilar entre los 22º y los 28º centígrados.
- Es importante que sea una habitación silenciosa, y se puede disponer de música ambiental de relajación (a poco volumen).
- Dos toallas o sábanas blancas, una se extenderá sobre la camilla, y la otra nos servirá para tapar al paciente, descubriendo sólo las partes a trabajar. Las toallas deben cambiarse para cada paciente.
- Una camilla o mesa de masaje, cuyas medidas serán 190x80 aproximadamente. La altura ha de ser proporcional a la del terapeuta, de modo que estando de pie, la mano quede a nivel de la tabla, para evitar doblar la espalda, o tener que realizar excesiva fuerza si la mesa está muy elevada.
- Es interesante disponer de varios cojines, para la cabeza, pies, espalda, etc. Así como de varias toallas medianas para nuestra utilización.
- Una estantería para que podamos colocar los aceites y otros utensilios.
- La iluminación no debe ser muy intensa, siempre que se pueda será la luz natural del día.
- Algún ambientador al gusto del terapeuta.
Es fundamental crear un entorno confortable para aplicar un buen masaje (*) |
Productos a utilizar.
Para la aplicación del masaje es necesario utilizar un producto graso que permita el deslizamiento de la mano sobre la piel. Existen aceites y cremas especiales para el masaje, siendo útil disponer de:
- Un aceite de masaje, o si se prefiere, se puede utilizar algún aceite vegetal mezclado con aceite esencial de aromaterapia en de efecto relajante.
- Una crema ruborizante, es decir de efecto calor.
- Un gel de crioterapia, es decir de efecto frío.
- Según la demanda, creas hidratantes o nutritivas para la piel.
- Jabón para desinfectar las manos antes y después de la sesión.
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